A veces la vida nos sorprende con regalos inesperados: un nuevo amor, un trabajo soñado, una oportunidad que cambia nuestra vida para siempre.
Pero otras veces, la vida nos presenta desafíos y obstáculos que nos hacen sentir que estamos en un callejón sin salida. La pérdida de un ser querido, un fracaso personal o profesional, una enfermedad que nos cambia la vida.
Y luego, hay veces en que la vida simplemente… no da nada. No hay regalos, no hay desafíos, solo un silencio y una espera que puede ser agobiante.
Pero aquí está la verdad: la vida no te debe nada. No te debe felicidad, no te debe éxito, no te debe nada. La vida simplemente es, y nosotros somos los que debemos aprender a navegarla con gracia y resiliencia.
Así que, en lugar de esperar que la vida nos dé lo que queremos, podemos empezar a enfocarnos en lo que podemos controlar: nuestras actitudes, nuestras acciones, nuestras decisiones.
Podemos elegir ser gratos por lo que tenemos, en lugar de enfocarnos en lo que nos falta. Podemos elegir aprender de nuestros errores y desafíos, en lugar de dejar que nos definan. Podemos elegir ser fuertes y resilientes, en lugar de dejar que la vida nos domine.
La vida no te debe nada, pero tú puedes elegir cómo la vives. ¿Qué vas a elegir hoy?